Guías, Maestros y Ángeles

Comprendiendo al Ser
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Guías, Maestros y Ángeles

Comprendiendo al Ser mediante el Árbol de la Vida Personal
Publicado de Ricard Barrufet en Metafísica · 2 Febrero 2017


No estamos solos en el camino. Todos llegamos a este mundo asistidos por Guías, Maestros y Ángeles, que nos brindan todo su apoyo a lo largo de nuestro ciclo vital. Ellos son seres de Luz ponen ante nuestros ojos un sinfín de posibilidades y oportunidades para que, si lo deseamos, podamos vivir todo aquello que antes de encarnar nos propusimos experimentar en el plano físico. Todos ellos nos protegen, nos asisten y nos inspiran en nuestra evolución personal a todos los niveles.

Conviene sin embargo entre Guías, Maestros y Ángeles, puesto que a pesar de que todos son seres espirituales por igual, difieren en muchos aspectos.


Guías Espirituales




Los Guías espirituales son seres que actualmente se encuentran desencarnados y a los que muy probablemente habremos conocido con anterioridad en alguna de nuestras vidas pasadas, compartiendo experiencias y vivencias terrenales. Ellos son por lo tanto seres con un nivel de conciencia muy similar al nuestro pero que, al asistirnos des de planos más elevados de existencia, su perspectiva de la realidad es mucho más amplia que la que podamos tener en el limitado mundo físico. Habrá Guías por consiguiente con mayor o menor grado de desarrollo conciencial, pero todos y cada uno de ellos estarán siempre lo suficientemente preparados como para asistirnos en nuestro "viaje".

Del mismo modo en que estaría fuera de lugar que un catedrático de la universidad diera clase a niños de 8 años, existe igualmente una proporcionalidad en los mundos espirituales en este sentido. Es igualmente importante diferenciar a los Guías espirituales de nuestros seres queridos y familiares ya fallecidos, pues a pesar de que ellos puedan estar también a nuestro lado dándonos todo su cariño y apoyo, al no tener asignada la misión de servirnos como Guías espirituales a menudo su nivel de contacto con nosotros puede quedar algo más restringido.

Todos tenemos como mínimo a un Guía espiritual a nuestro lado, aunque puede haber más. Los Guías nos influyen con pensamientos positivos, nos ayudan a comprender, nos susurran al oído quienes somos realmente y nos recuerdan cuál es nuestra misión o propósito de vida. También son los Guías espirituales quienes nos reciben amorosamente en el más allá tras abandonar el cuerpo físico, continuando de este modo con su labor de acompañamiento y orientación en esa nueva etapa de la vida que tendrá lugar en la esfera astral.


Maestros



Los Maestros espirituales son seres de elevado nivel de conciencia que descienden al plano físico para transmitir sabiduría y conocimiento a grandes grupos, haciendo que el emerger espiritual brote con fuerza. Cuando abandonan el plano físico continúan con su misión como Maestros-guía, inspirando a todas aquellas almas más despiertas que siguen su evolución en la Tierra. Muchos de estos Maestros son personajes bien conocidos por todos nosotros debido al hermoso legado de sabiduría que dejaron en vida.

Cuando hablamos sin embargo de nuestro Maestro Interior, nos estamos refiriendo a la conexión que establecemos con nuestro Yo Superior. Nuestro Yo Superior conecta directamente con nuestro espíritu, con nuestro Ser,el cual mientras siga estando sometido al juego de la dualidad reside en el plano causal (donde se recopila todo el conocimiento adquirido en nuestras vidas pasadas). Así es que al conectar con nuestro Yo Superior mediante la meditación u otras técnicas que permitan trascender nuestro cuerpo emocional y nuestro cuerpo mental (la personalidad actual), accedemos a un vasto océano de sabiduría interior. De aquí provienen nuestras intuiciones y pensamientos más lúcidos a nivel existencial.

Después de los Maestros espirituales están los grandes Maestros Ascendidos como Jesús, Buda, Krishna, Lao Tsé, El Morya, Seraphis Bay, Kuthumi, Djwhal Khul y un largo etcétera. Estos Maestros de Sabiduría son nuestros hermanos mayores puesto que también ellos pasaron por el mismo proceso conciencial evolutivo en el que ahora nosotros estamos inmersos. Estos elevados seres de luz ya han trascendido todas las dimensiones de conciencia correspondientes al reino humano y velan por la humanidad emitiendo su radiación de Amor desde lo más alto. A pesar de que están plenamente unidos al Todo y liberados ya de la reencarnación, pueden ocasionalmente descender al plano físico para llevar a cabo importantes misiones que permitan dar un impulso espiritual a la humanidad a gran escala.


Ángeles




Respecto a los Ángeles o Devas, conviene aclarar que se trata de entidades energéticas muy puras que nunca antes han sido humanas. Provienen de eras muy remotas, aunque en su día tuvieron que pasar también por algo parecido a lo que experimentamos los humanos en el plano físico.

Sabemos que todo es evolutivo, pero desconocemos donde finaliza con exactitud este arco ascendente a nivel conciencial. Sería por lo tanto algo pretencioso situar al reino humano en la cumbre de este largo recorrido evolutivo, sobre todo si tenemos en cuenta que abundan en las escrituras de la mayoría de las religiones, referencias expresas a estos seres de carácter sobrenatural que median entre Dios y el hombre.

El teólogo Pseudo Dionisio Areopagita ya en el siglo VI d.C. describió en su obra "Jerarquía Celeste" nueve órdenes o coros celestes, los cuales estarían divididos en tres jerarquías de tres coros cada una. Este es un ordenamiento que en el marco de la religión cristiana ha nuestros días:

1ª Jerarquía: tronos, querubines y serafines
2ª Jerarquía: potestades, virtudes y dominaciones
3ª Jerarquía: ángeles, arcángeles y principados

Cada tradición espiritual establece su particular jerarquía angelical y sus correspondientes nomenclaturas, en cualquier caso ellas podrían agrupadas la siguiente manera:

Los Elementales o espíritus de la naturaleza constituirían el nivel más primario del reino dévico, a pesar de que su función es de vital importancia dado que que son los encargados de hacer fluir la energía de la naturaleza. Sin ellos las plantas no crecerían y el agua no tendría vitalidad alguna. Ellos hacen posible el y sostenimiento de todas las especies pertenecientes a los reinos mineral y vegetal. Son conocidos popularmente como gnomos, ondinas, silfos y salamandras, por su correspondencia con los elementos de tierra, agua, aire y fuego respectivamente. Dado que operan en unas capas del plano astral muy próximas a la materia física, las personas que tienen sus facultades clarividentes bien activas llegar a percibirlos.




En el siguiente peldaño evolutivo estarían los Ángeles Menores. Estos devas dirigen a los Elementales y asisten a todas las especies del reino animal. Seguidamente vendrían los Ángeles Mayores, los devas asignados al ser humano, que des de los planos astral y mental operan en perfecta coordinación con los Guías y Maestros.

A continuación habría entidades muy evolucionadas son los Adityas de las antiguas tradiciones orientales, o los Arcángeles de la tradición cristiana. Ellos son los protectores de nuestro planeta a nivel energético y los supervisores del progreso espiritual de la humanidad. En estamentos aún mayores estarían las Potestades oLipikas (conocidos también como los "señores del karma"), entidades destinadas a regular el ordenamiento universal o principios como el de Causalidad, Renacimiento o Atracción; es decir, en hacer cumplir las leyes que rigen el comportamiento de la humanidad tanto a nivel individual como colectivo.

Los Querubines y Serafines ostentarían el grado correspondiente a la maternidad de la vida y al amor universal respectivamente. Y por último los Tronos, el grupo angélico más elevado del reino dévico, tendría por cometido poner la Voluntad Divina en acción.

Existe como vemos una inagotable hueste angélica en todos los niveles de la realidad, que guiada por su profundo anhelo de colaboración con el Plan Divino, nos asisten continuamente en el cumplimiento de nuestro Plan de Vida Personal. Tenemos ángeles a nuestra disposición para casi todo. Ángeles de la guarda, de la salud, del amor, de la creatividad, de la prosperidad... y a todos ellos podemos acudir siempre que lo deseemos. Lo único que debemos tener en cuenta es que poco podrán hacer por nosotros si no se lo pedimos, o si aquello que les pedimos nuestra misión o propósito de vida. Y es que el sagrado principio del Libre Albedrío nos erige como cocreadores del universo, siendo este el mayor de nuestros dones como seres espirituales encarnados.


AUTOR: Ricard Barrufet Santolària



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